La casa es una pasada. Estuvimos unas 3 semanas debido al curro. Mereció la pena. Yo estuve en el apartamento con Naza y luego en una de las habitaciones. No sabría decir cual está mejor. Además la familia es la caña. Lola era como nuestra segunda madre y su marido un maño encantador. Y como no, de tal palo, tal astilla. Su hijo Carlos muy buena gente. El lugar es muy bonito y merece la pena ir,  aunque sólo sea por esos ratitos "al fresco" por las noches. Ah, no olvideis visitar las bodegas!!!!.